domingo, 22 de septiembre de 2019

Mr. Bond

Desde un punto de vista político, el mercado de bonos es poderoso debido en parte a que diariamente juzga la credibilidad de todas las políticas fiscales y monetarias de un gobierno. Pero su verdadero poder reside en su capacidad de castigar a ese gobierno elevando los costos de sus empréstitos. Incluso una variación al alza de  medio punto porcentual puede dañar a un gobierno que tenga déficit, añadiendo una mayor amortización del principal a sus ya de por sí elevados gastos. Como ocurre en tantas relaciones financieras, se entra en una especie de círculo vicioso. Los pagos de intereses más altos hacen que el déficit resulte más elevado aún. Entonces el mercado de bonos frunce todavía más el ceño. Los bonos se venden de nuevo a un precio de saldo. Los tipos de interés suben de nuevo. Y así sucesivamente. Antes o después el gobierno se enfrenta a tres difíciles alternativas. ¿Deja de pagar una parte de su deuda, verificando así los peores temores del mercado de bonos? ¿O bien, para tranquilizar al mercado de bonos, recorta el gasto en alguna otra partida, contrariando a sus votantes o a determinados grupos de presión? ¿O bien trata de reducir el déficit subiendo los impuestos? El mercado de bonos se inició para facilitar los empréstitos al gobierno; en una crisis, en cambio, puede acabar dictando la política económica de ese gobierno.

Entonces, ¿como ha llegado este "Señor Bond" a hacerse mucho más poderoso que su casi tocayo "Mr. Bond" creado por Ian Fleming? ¿Y por qué en la práctica resulta que aquel, como este último, también tiene "licencia para matar"?

(Niall Ferguson.)

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