jueves, 5 de junio de 2014

Repartiendo monedas

El libro es El hombre que calculaba, de Malba Tahan. Lo compré en una librería de usado del parque San Martín. Ahora está en Tartagal pero yo en Salta, a pocas cuadras de donde compré el libro. He hablado de Menard por esta temporada. Intentaré, como Menard con el Quijote, reproducir el contenido de uno de los primeros cuentos en ese libro. Solo apelaré a lo que Mnemosine quiera darme. Pero yo no soy ningún Funes.

Dos hombres viajando por el desierto topan con un tercero en mal estado. Lo han maltratado y robado. Los hombres lo asisten, y alimentan. El jura ser un hombre rico, y les dará una moneda de oro por cada pan que compartan con él. El hombre que calculaba posee 5 panes, su compañero 3. Logran llegar a la ciudad.

En la ciudad, van a la casa del jeque, quien se apura a pagar agradecidamente las monedas prometidas. Le da cinco al hombre de los cinco panes, y tres al otro. El hombre que calculaba responde que hay un error. Y explica:

Al sacar cada pan, era partido en tres. Ocho panes divididos en tres piezas son 24 piezas. Ponemos los trozos de panes en fila, representando con C los del hombre que calculaba, y con A los de su amigo.

AAACCCCC
AAACCCCC
AAACCCCC

Lo cual puede también distribuirse así:

AAAAAAAA
ACCCCCCC
CCCCCCCC

La primera fila son los tercios de pan comidos por el amigo, la última los comidos por el hombre que calculaba. El jeque come los ocho tercios del medio, siete de los cuales salen de los cinco panes del hombre que calculaba.

Convencido el jeque por el argumento, reparte las monedas en siete y uno. El hombre que calculaba solicita que le den todas las monedas nuevamente. La solución es matemáticamente correcta -dice- pero no agradable a los ojos de Dios. Parte las monedas en dos grupos de cuatro, y da la mitad al amigo.